La Historia de Vodka Nikov
En 1919 cuando una familia de la nobleza rusa elige este país para refugiarse de la revolución Bolchevique. Habiendo escuchado sobre esta potencia en América del Sur en donde se vivía con absoluta libertad sin importar el color o a la religión y donde cualquier persona podía progresar rápidamente, Roman Von Renenkamfp se embarcó con toda su familia en un largo viaje hacia Argentina.
El Bolsón, en el sur de este país y Nono, pequeña localidad serrana enclavada en el Valle de Traslasierra de Córdoba, fueron los lugares elegidos por esta familia para establecerse. Aquí conocen a un joven inquieto, nieto de italianos, que comenzaba a trabajar en la fábrica de licores de su familia. Con él solían compartir sus melancólicas crónicas sobre la vida en el viejo continente con una copa de aquel vodka elaborado en base a una vieja receta familiar que Roman siempre guardaba en el congelador.
En 1986, cuando Roman se retira a pasar sus últimos días en El Bolsón donde vivían sus hijos, decide vender la receta de este vodka familiar (al cual había nombrado Nikita, como a su primer hijo) a la fábrica de licores de su joven amigo, sabiendo que allí cuidarían la historia y esencia de este producto a lo largo del tiempo.
Así Porta comenzó a elaborar y vender este vodka que cambió el nombre de Nikita a Nikov por la imposibilidad de registrar esa marca manteniendo intacta la receta original. Varias etiquetas fueron identificándolo durante los años en los que fue ganando mercado. Las materias primas y procesos de elaboración se fueron mejorando con el tiempo llegando en la actualidad a ser el único vodka argentino premiado en Europa lo cual seguramente habría llenado de orgullo a aquel noble inmigrante ruso.